Los comedores de patatas es una obra fechada hacia 1885. En esta pintura, el realismo se manifiesta en el interior doméstico que casi recuerda una cueva o la madriguera de un animal.
Van Gogh presenta una pobre estancia, iluminada por una lámpara de petróleo, en donde los campesinos se sientan a la mesa dispuestos a cenar su ración de patatas. Una de las mujeres vierte el contenido de la tetera en unas tazas blancas. La luz mortecina, el oscuro colorido y la actitud de los personajes convierten la escena en una imagen casi mística, reflejando el estado de ánimo del propio Van Gogh y su contacto con los campesinos. La rapidez del trazo le impide centrarse en los detalles, olvidándose del dibujo para mostrar figuras caricaturescas que dan un toque de modernidad a una composición totalmente realista, similar a las que realizaban los artistas de la Escuela de La Haya. Las figuras de la mesa se sitúan de manera que el espectador se integra en la estancia y comparte la comida con los campesinos.
En cuanto a esta obra, Van Gogh expresó lo siguiente: ” He querido poner conscientemente de relieve la idea de que esa gente que, a la luz de la lámpara come patatas sirviéndose del plato con los dedos, trabajó asimismo la tierra en la cual las patatas han crecido; este cuadro, por tanto, evoca el trabajo manual y sugiere que esos campesinos merecen comer lo que honestamente se han ganado. He querido que haga pensar en un modo de vivir muy diferente al nuestro. Así pues, no deseo en lo más mínimo que nadie lo encuentre ni siquiera bonito ni bueno”.
Exhaustos, raídos, en penumbra, aislados y huesudos. Los comedores de patatas mastican por la noche el fruto que sus cuerpos trabajan por el día sin cruzar miradas ni palabras. Impresionismo barroco lleno de sombras de desgana, amarilleado por una bombilla de dignidad que pone al descubierto la miseria de los de muy abajo. Estos, y no principes ni damiselas, son para Van Gogh los protagonistas del mundo.
Articulo tomado de: Block de Javier